Hay una vieja que vive en un escondrijo del alma, que todos conocen y muy poco han visto. Como en los cuentos de Adas, la vieja espera que los que se han extraviados, los caminantes y los buscadores acudan a verla.
Se conoce con distintos nombres, La Huesera, La trapera, La Loba.
La única tarea de La Loba, consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto, pero su especialidad son los Lobos.
Se arrastra, trepa, y recorre las montañas y los arroyos, en busca de huesos de Lobos y, cuando a juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta junto al fuego y piensa que canción va a cantar, luego levanta los brazos sobre ella y canta. Entonces los huesos de las cotillas y de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo.
La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida, luego empieza a respirar.
La Loba canta con tanta intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo.
En algún momento de su carrera, debido a la velocidad, o a su chapoteo en el agua del arroyo, a un rayo de sol, o a un rayo de luna, que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repente en una Mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.
Recuerda que si te adentras en el “desierto” y está a punto de ponerse el sol y quizás te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa…una cosa del “alma”
Se conoce con distintos nombres, La Huesera, La trapera, La Loba.
La única tarea de La Loba, consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto, pero su especialidad son los Lobos.
Se arrastra, trepa, y recorre las montañas y los arroyos, en busca de huesos de Lobos y, cuando a juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta junto al fuego y piensa que canción va a cantar, luego levanta los brazos sobre ella y canta. Entonces los huesos de las cotillas y de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo.
La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida, luego empieza a respirar.
La Loba canta con tanta intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo.
En algún momento de su carrera, debido a la velocidad, o a su chapoteo en el agua del arroyo, a un rayo de sol, o a un rayo de luna, que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repente en una Mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.
Recuerda que si te adentras en el “desierto” y está a punto de ponerse el sol y quizás te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa…una cosa del “alma”
Clarissa PINKOLA ESTÉS