sábado, 21 de agosto de 2010

CUENTOS


"Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón, hembra y macho, los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasaron unos meses, el instructor comunicó al rey que el halcón macho estaba perfectamente entrenado, pero el halcón hembra no se había movido de la rama desde el día de su llegada al palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí.
El rey mandó a llamar a sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Por las ventanas de sus habitaciones el rey podía ver que el pájaro continuaba inmovil. Difundió el problema entre todos sus súbditos, y, a la mañana siguiente vió al halcón volando ágilmente en los jardines.
Traedme al autor del milagro, dijo el rey. Enseguida le presentaron a un campesino ¿Tú hiciste volar al Halcón? ¿cómo lo hiciste? ¿eres mago, acaso?. Entre feliz e intimidado, el hombre sólo explicó: No fue difícil, su Alteza, solo corté la rama , el pajaro se dió cuenta que tenía alas y se largó a volar".




" En los tiempos remotos, durante la creación de la tierra, hallábanse los dioses hindúes reunidos en asamblea para decidir un importante asunto. Estaban preocupados por que querían esconder el secreto de la Felicidad para que los mortales no pudieran descubrirlo, pues querían conservarlo sólo para ellos. Shiva opinaba que debían guardarlo en lo más profundo de los océanos, pero Brahma, que había convocado la asamblea, le recordó que los mares podrían secarse. Sugirieron dejar su secreto en el fondo del volcan más tenebroso, pero otra vez Brahma se negó por que los vocanes también podrían apagarse. Devandiren, rey de los semidioses, propuso guardar el secreto en los cielos, pero tampoco fue escuchado, ya que, dijeron los demás, algún día un mortal podría volar como un pájaro.
Después de años enteros de discuciones, Brahma se presentó y, muy solemnemente le dijo a los dioses: Ya he tomado una decisión, vamos a guardar nuestro secreto en un lugar donde los mortales jamás buscarían.
¿Donde hijo mio?, le preguntó Paraxati, y Brahma le contestó: Lo esconderemos dentro de ellos mismos"



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